Las carillas dentales se han convertido en una de las soluciones más buscadas para mejorar la sonrisa. Permiten corregir el color, la forma o pequeñas imperfecciones en los dientes de una manera rápida y estética. Gracias a ellas, muchas personas recuperan la seguridad al sonreír y consiguen un aspecto más armónico.
Sin embargo, antes de decidirse por este tratamiento, es normal que surja una duda muy frecuente: ¿cuánto duran realmente las carillas dentales? La respuesta depende de distintos factores, que te contamos a continuación en este artículo.
Carillas dentales: cuánto duran
La duración de unas carillas dentales varía bastante, porque intervienen muchos factores, pero se puede dar un rango general. Lo primero que debes saber es que no todas las carillas son iguales.
- Con materiales de porcelana de buena calidad, muchas clínicas estiman que las carillas pueden durar entre 10 y 20 años, siempre que el cuidado sea el adecuado y no haya golpes, fuerzas excesivas o hábitos agresivos para los dientes.
- En cambio, las carillas hechas de resina compuesta suelen tener una vida útil menor, alrededor de 5 a 7 años en condiciones favorables.
Además de qué material se use, influyen otros elementos clave: la técnica de colocación por parte del dentista, cuánta estructura del diente queda, la adhesión correcta, si el paciente tiene hábitos de cuidado, si existe bruxismo o rechinar de dientes, y cómo es la higiene bucal cotidiana. Todo eso suma o resta años de vida útil a tus carillas.
Cuidados para hacer que duren más tiempo las carillas dentales
Aunque las carillas son resistentes, no dejan de ser un tratamiento estético que requiere ciertos cuidados. Si quieres que se mantengan perfectas durante muchos años, conviene seguir algunas recomendaciones sencillas.
Higiene diaria constante
La base para mantener cualquier tratamiento dental es la higiene. Cepíllate al menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves y una pasta dental poco abrasiva. El uso de hilo dental es fundamental, ya que la acumulación de placa en los bordes puede afectar la unión de la carilla con el diente. También conviene enjuagarse con colutorios recomendados por tu dentista, especialmente si consumes bebidas con pigmentos fuertes como café, té o vino.
Evitar malos hábitos y proteger los dientes
Acciones como morderse las uñas, abrir envases con los dientes o masticar objetos duros pueden reducir la vida útil de las carillas. Si sufres de bruxismo, el uso de una férula de descarga nocturna es esencial para evitar que las fuerzas excesivas desgasten o fracturen el material. Cuidar lo que comes y cómo lo masticas también influye: las carillas son resistentes, pero no indestructibles.
Revisiones periódicas y mantenimiento profesional
Visitar al dentista al menos una o dos veces al año es clave. En esas revisiones se puede comprobar que todo esté en orden, detectar pequeños desgastes o fisuras y, en caso de carillas de composite, realizar pulidos periódicos para devolverles brillo y prolongar su duración. Estas revisiones no solo cuidan tus carillas, también tu salud dental general, que es la base para que cualquier tratamiento estético funcione a largo plazo.
Ponemos carillas dentales
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